martes, 14 de febrero de 2012

Nostalgia



Otra vez la misma historia, la misma insistencia de mamá en que conteste el teléfono. Me quedo parada junto a ella, ella hace que le tema al teléfono, al auricular grandote, a los números en medio del disco de marcado. Siento retisencia, no entiendo por qué se fue. No puedo enfrentar su voz, no tengo palabras para explicar lo que me pasa, prefiero callar, cerrar la boca y pintar.
En las clases de dibujo que tomaba despues de clases, siempre llegaba tarde a buscarme, yo siempre me quedaba esperando sentada en la escalera con la profesora, me daba cierta vergüenza ser la última, pero por lo menos llegaba... Me gustaba cuando paseabamos en el auto, algo que el hizo desde que yo nací. Mis papas me contaron que como yo lloraba mucho, y no podía dormir de bebe (ni dejarlos dormir a ellos), el me ponía en el bebesit en el asiento trasero, abría la ventanilla un poco y con el vientito me dormía.
Supongo que hoy en día , atribuyo a eso la facilidad de dormir en los colectivos cuando me siento junto a la ventanilla. Nostalgia.
Escucho su voz tras la línea telefónica, no entiendo la distancia, ni sus palabras. Dice que me quiere, que me extraña, y yo solo pienso en el dolor de no entender y el enojo que me provoca su voz. Me siento traicionada, el me dejó aca, me abandonó,  
Mamá habla de la irresponsabilidad de papá, “yo soy la que se quedó” repite, apretando la mandíbula con fuerza.
La casa es muy grande, siento miedo. Me siento perdida en mi propia casa. Me tapo hasta la cabeza mientras escucho los extraños sonidos. Papá siempre me decía que mientras estuviese en la cama nada iba a pasarme, y desde ese día aprendí a superar el temor o a vivir con el.
Es mi cumpleaños, papá y yo cumplimos el mismo día. Me llama por teléfono, de nuevo la insistencia de mamá por que atienda. Me cuenta de su viaje, de lo mejor que se siente. Me siento culpable por no sentir la misma felicidad que el.